Owakudani

Hakone es una zona montañosa desde donde se puede disfrutar de la naturaleza, comer huevos hervidos en azufre en Owakudani y si tienes suerte ver el monte Fuji. Había oído hablar de los huevos negros cocidos en aguas sulfurosas que te dan 7 años de vida por cada uno que te comes. Ya que había perdido los 100 años del Baikal tenía que ir a comerme al menos uno de esos huevos.

Para llegar a Owakudani, Gran valle hirviendo, lo primero es llegar Odawara para lo cual puedes usar el JR pass. Luego puedes hacer la ruta del turista o la ruta barata y rápida.
La ruta del turista, más cara y más lenta debido a los transbordos, consiste en coger el tren hasta Gora, de ahí coger un cremallera hasta Sounzan, el billete combinado son unos 1000 yenes ida, y de ahí el teleférico que por otros 1510 yenes tienes ida y vuelta a Owakudani. Por un poco más puedes llegar hasta el lago Ashi.

La ruta barata y rápida es coger el autobús en la parada número 5 en la misma terminal de trenes que te deja en Owakudani en 50 minutos. La ida cuesta poco más de mil yenes así que si antes de subir al bus pasas por las taquillas de Seibu Group y pides un Day Pass por 1700 yenes podrás visitar toda la zona por menos dinero que un billete de ida y vuelta.

Yo hice una combinación de ambos porque había problemas en la carretera y ese día el bus no llegaba hasta Owakudani.

Cuando yo llegué había una niebla increíble que no te dejaba ver más allá de tu nariz que sumado a los vapores de la montaña formaba una espesa cortina alrededor. La verdad es que a pesar de la poca visibilidad es impresionante cuando vas en el teleférico subiendo por la montaña verde y con niebla a lo lejos para, en menos de un segundo, verte rodeada de una niebla densa y un suelo blanco y amarillo, casi sin vegetación por el azufre.

No quiero ni imaginar cómo estaría el día anterior cuando llegué hasta Odawara y me volví porque estaba cayendo la del pulpo.

Una vez allí hay varias tiendas de souvenirs que te venden los huevos y muñecos famosos con el huevo pero lo tradicional es subir hasta la caldera y comprarlos ahí calentitos.

Puedes subir por un lateral para intentar ver el monte Fuji pero considerando que yo no veía más allá de mi nariz y que parte del camino estaba cortado ni lo intenté.

Lo que sí hice fue comprar unos huevos, a ver si gano esos 7 años.

Después de comer los huevos intenté ir a Ubako caminando, se supone que son 30 minutos, pero acabé perdiéndome. Ya sabéis eso de: «Mira un pájaro bonito, vamos a perseguirlo». Y entre la humedad, el calor y la niebla acabé encontrándome este templo.