Barco de Osaka a Shangai

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He llegado a Shanghai desde Osaka!!!!! 48h de ferry y no he muerto!!!! Me vais a perdonar la cantidad indecente de signos de admiración que estoy poniendo. No sé vosotros pero yo no las tenía todas conmigo, para que os hagáis una idea mi bolsa de mano contenía: «9 biodraminas, 10 bolsas para… Digamos posibles indisposiciones gástricas, 3 toallitas húmedas selladas sin abrir, 3 paquetes de kleenex sin abrir, cepillo, pasta de dientes, una toallita pequeña y una muda completa (pantalón, camiseta, ropa interior) para posibles accidentes». No, no tenía ninguna fe en mi estómago, en mi cabeza ni en mi. Así que seguí al pie de la letra la filosofía de «esperando lo mejor pero preparada para lo peor».

Para los que no lo sepan no tengo grandes experiencias positivas sobre los barcos. Algunas recordaran mi experiencia en un barquito buscando ballenas cuando saqué mi primer desayuno por la borda, acabé con una insolación y tres días después todavía me mareaba al ver un barco en pintura. Otros me recordaran yendo en barco hasta Formentera habiendo tomado Biodraminas y diciendo: «no me habléis, no me habléis». Si sigo no acabo así que mejor lo dejo en que me mareo y empiezo a contar mi experiencia.

¿Cómo llegar al puerto de Osaka? Muy fácil sigue las indicaciones de la naviera! O bájate en la parada de metro de Cosmospuare y sigue las flechas que pone: «ferry internacional», hay un autobús que te lleva pero se puede llegar caminando en menos de 10 minutos y así pararte en el último 7 and 11 japonés para comprar cualquier cosa. Llegas a la terminal y con tu cara de guiri perdida no tienes que preocuparte de nada más. Una mujer te gritará: Shanghai?! Y tú le dirás que sí, enseñando el pasaporte. Sueltas tus 22000 yenes en efectivo, un médico te pedirá permiso para tomarte la fiebre con su lápiz mágico y te conducirán hasta inmigración donde los policías sellarán tu salida del país justo antes de subir al barco. Por supuesto en algún momento antes de subir al barco y después de haber pagado te tomarás la biodramina con cafeína y pensarás que todavía te quedan 60 días en el visado japonés y que total tampoco pasa nada si no vas a China. Al menos yo lo pensé.

Había escogido 2a clase B estilo japonés (futón en el suelo) sólo para mujeres. Algo así como la clase: «Puedo ir en la bodega entre los bidones de agua, de verdad que no molesto mucho». Así que una amable señorita me indicó el camino y me dejó en mi camarote a compartir con 15 mujeres más. Por suerte sólo éramos 3 así que teníamos muchísimo espacio libre.

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Justo al lado de la entrada principal del barco hay máquinas expendedoras de bebidas (funcionan en yenes), casilleros gratuitos para dejar las cosas de valor, necesitas una moneda de ¥100 que te devuelve cada vez al abrirlo, una máquina gratuita de agua caliente, fría y té, una Wii de pago y una televisión donde puedes poner películas. El barco se llama Su Zhou Hao y tiene 272 plazas de pasaje aunque ni siquiera al desembarcar vi más de 100 personas.

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Lo que en realidad se agradecía porque los espacios comunes estaban mucho menos abarrotados, era fácil conocer a las personas de vista, salir corriendo cuando ves al pesado a lo lejos, saludar con la cabeza al grupo de japonesas que van con la profesora y sonreír a los únicos dos occidentales que viajaban contigo.

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Después de dejar la mochila de 40l medio vacía en el camarote, localizar los baños más cercanos, y a sabiendas que el aire me sienta bien, subí corriendo a cubierta con la mochila pequeña como si en ella llevara la vida. Recordemos que yo todavía creía que iba a morir en el barco. Lo primero es hacer las fotos de rigor mientras estoy viva, que luego no sé lo que puede pasar, luego mirar la dirección del viento en el barco. Sí, aquí es donde se nota que tengo experiencia porque si no miras la dirección del viento y tiras algo por la borda digamos tu primera papilla, es mucho, mucho peor. Asiento más o menos cómodo y…. Allá vamos China!!

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Oye! Esto no se mueve! O si? Se mueve? Pues no sé. Sí, sí se mueve. A ver… Vamos a coger un punto de referencia. Pues sí, algo se mueve. Aunque faltan 20 minutos. Mirada por la borda. Y…. Uoooooooo! Ya estamos a 10 metros del amarre. Oks pues esta velocidad no está tan mal. ¿Será porque estamos todavía en el puerto? ¿Será la Biodramina haciendo efecto? ¿Serán los astros alineados? ¿Será algún dios pagano jugando con mis sentimientos? No tengo ni idea pero la velocidad mortalmente lenta duró todo el viaje y a mí me hizo muy feliz. Diez segundos después ya estaba sentada en la silla más incomoda de toda la cubierta y dormida. Por suerte un grupo de chicas japonesas me despertaron gritando al pasar bajo un puente antes que se me cayera la baba sobre mi camiseta. Me desperté como pude, hice fotos al puente y me volví a sentar dispuesta a pasarme las otras 47 horas en cubierta, a la tercera cabezada me rendí y me fui a mi camarote donde las otras dos mujeres estaban durmiendo.

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Eran las 12 y media de mediodía. Me desperté sobre las 18h con la cara empapada en mis propias babas cuando por megafonía gritaban algo en japonés, luego en chino y luego en un idioma que bien podría ser alienígena. Luego descubriría que avisaban que el restaurante estaba abierto para cenar. Sabiendo que el restaurante cerraba a las 19:30 me atreví a pasar por ahí para gastar mis últimos yenes y autoconvenciéndome que no servirían cosas que ayudaran al mareo, más bien lo contrario. De hecho llegué a pensar que deberían meter drogas anti mareo, cualquier cosa para convencer a mi subconsciente que siguiera entero. Así me lancé sobre la sandía troceada, un plato irreconocible que resultó ser pescado, arroz para no perder la costumbre, sopa y mi segunda biodramina. En total ¥600 (unos 4€). Volví a subir a cubierta esta vez con un jersey y la chaqueta donde tiritando me volví a quedar dormida antes de las 20h, esta vez nadie me despertó y manché la chaqueta de babas. ¡Verguenzaaaa!Ah! Pues no, estaba sola y a oscuras. Sólo yo y el mar pero todavía no supe apreciarlo. Volvían a gritar algo en japonés, chino y alien. Entendí algo de karaoke. Bajé hasta la segunda cubierta donde el grupo de japonesas charlaban animadamente pero ni eso me mantuvo despierta, maldita biodramina! 20 minutos después era incapaz de pensar en nada coherente, daba cabezazos y me sentía medio flotando así que me fui a dormir.

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ALGO EN JAPONES, ALGO EN CHINO Y ALGO EN… Wait a second! Eso es inglés! Y ha dicho free of charge. 7 a.m. Me acordé que el desayuno estaba incluido. De camino al comedor, tan dormida que ni recuerdo que desayuné, estaba bueno. Decidí que el barco no se movía tanto y no me iba a tomar más de esas pastillas del infierno. Empecé a entender los anuncios en inglés, avisaban de las comidas, 30 minutos antes de cerrar el restaurante, cuando abrían la tienda, karaoke y mesa de ping-pong. Aproveché el día leyendo, mirando por la borda, bebiendo té, escribiendo, viendo Una noche en el museo subtitulada en chino y revisando los rincones del barco. Me fui a dormir a una hora decente y no babee sobre mi camiseta ni una sola vez. ¡Muerte a la biodramina!

He de reconocer que justo antes de dormir tomé una de las pastillas anti mareo que regalaban en el punto de información.

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Me medio desperté a media noche por el oleaje y al día siguiente la cubierta estaba mojada pero conseguí no marearme. O más bien las drogas japonesas contra el mareo son muy efectivas.

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Lo mejor: Estar en la penumbra de cubierta, a solas entre Japón y China, no ver más que oscuridad y con el único ruido del motor y el barco abriéndose paso en el mar. Pensar que sólo un 5% del océano ha sido explorado y darte cuenta de la inmensidad en la que estás metida, que te recorra un escalofrío por la espalda. Sacar la cabeza y ver el mar negro convertirse en burbuja blanca a tu paso, mirar a lo lejos y al rato ver una luz pequeña en el horizonte, seguramente otro barco. Decidir que con buen tiempo y a esa velocidad te encantan los barcos.

Link con los detalles del barco, plazas, rutas, precios y demás:
https://www.shanghai-ferry.co.jp/english/

4 respuestas a “Barco de Osaka a Shangai

  1. Maria 1 octubre, 2014 / 7:27 pm

    Ahis tu excursión para ver ballenas… anda que no ha dado pie a bromas varias!

    Me ha gustado mucho tu «lo mejor»

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  2. asun 1 octubre, 2014 / 8:25 pm

    !tanto miedo y tan poca vergüenza!,
    nos hemos reído mucho, con tu fiel exposición del viaje,
    y lo mejor tu experiencia final,

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  3. maribel sanchez. 2 octubre, 2014 / 2:06 pm

    Muy divertido y explicado con una narrativa impecable, feliz viaje

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