Shanghai, primeras impresiones

Lo primero que se ve desde casi cualquier punto de la ciudad es la torre Perla Oriental. La Perla destaca por su diseño de 5 redondas a diferentes alturas y su color rosa liliáceo. Después de mil edificios grises, azules, marrones o rojo sucio y sobre un río más marrón que azul, el edificio limpio, nuevo y rosa liliáceo es todo un cambio. Como si se hubiese puesto ahí para saludar a los recién llegados está justo en la otra orilla frente del desembarco de los ferrys internacionales así que mientras echaban amarras y nos preparábamos para salir tuvimos tiempo de sobras para admirar la obra de arte

Todavía mirando por la escotilla y luego paseando por la calle, no pude evitar fijarme en la cantidad de barcos que transportan arena, piedras etc. En los que la línea de flotación parece estar peligrosamente cerca de la cubierta dando la sensación que se van a hundir a cada segundo. Supongo que es porque están en un río y no tienen que soportar un gran oleaje, pero si hay algún experto en la sala que se manifieste. El río es un no parar de barcos de todos los tamaños subiendo y bajando por las aguas amarronadas.

Internet:
Lo segundo que te das cuenta nada más llegar al hotel, albergue, hostal o lo que sea es el tema de Internet. A sabiendas que Facebook está bloqueado y que google no es su mejor amigo me esperaba lo peor. Y algo así ha pasado. Ni Facebook, ni Twitter, ni WordPress, ni Dropbox, Gmail y google maps van leeeentos y no son constantes, google translator me dice siempre que estoy sin conexión, chrome, el buscador de yahoo y la wikipedia van cuando quieren. El email de Hotmail y Yahoo me dicen que estoy intentando entrar desde un sitio (China) que no parece seguro así que por favor confirme que soy yo, para ello me van a enviar un código a mi otra cuenta que resulta ser gmail. Y como va lenta para cuando puedo ver el código ya ha caducado. A ratos me bloquean la IP y no tengo acceso a Internet aunque no tengo muy claro cuando ni porque. Es muy frustrante. He descubierto el buscador «baidu» que hace búsquedas realmente rápido el único inconveniente es que da prioridad a las webs en chino y no hay manera de conseguir información útil. Por suerte Maps me funciona y me puedo perder por las calles para encontrarme con el GPS. Lista con algunas de las páginas bloqueadas en China: http://en.m.wikipedia.org/wiki/Websites_blocked_in_China Si paseas por la calle verás que hay wifis gratuitas en muchos puntos de la ciudad, parques y bares. Pero te alegrarás inútilmente. A primera vista eso me pareció genial y me alegró poder salir con el portátil a escribir o buscar información sobre la ciudad a alguna tetería china o un restaurante tradicional sin que los de Información y Turismo te lleven cual ovejita a los sitios donde ellos quieren. El problema es que te piden que pongas tu número de teléfono y sólo acepta números de teléfono de china. Así que por una vez vale la pena comprarse una guía o ir a información a que os den información porque buscarla por internet os puede llevar a querer asesinar a alguien. Y no hay necesidad de acabar en una cárcel china por tal tontería. Otra opción es comprarse una tarjeta SIM con tarifa de datos para usar internet y un VPN para pasar el filtro, esto es lo que hicieron la mayoría de personas que conocí en China pero yo me niego a comprar un VPN para 15 días que voy a estar en China. En el aeropuerto hay wifi gratuita pero para poder usarla has de escanear primero tu pasaporte, así te dan un usuario y contraseña exclusivos para controlar quien hace que si lo necesitan.

Tráfico:
Se nota que estás en Asia, excluyendo Japón, cuando cruzar la calle se convierte en todo un arte. Estoy segura que podría hacer un estudio comparando las diferentes costumbres en cada país a la hora de cruzar un semáforo comparando con la educación y el sistema económico. Si en Rusia había coches destartalados y eran agresivos al conducir se respetaban, más o menos, los semáforos. Aunque imperaba la fórmula: Coche + yo > rico > tu = te atropello si me da la gana. En Japón apenas escuché el claxon, la mayoría de los peatones esperaban pacientes en los semáforos y los coches eran compactos y respetuosos. En China tener una motocicleta eléctrica es como decir «las reglas no van conmigo» aunque haya 20 personas cruzando a la vez por un semáforo en verde si estás en la trayectoria de una motocicleta te va a pitar y atropellar. Después de atropellarte lo único que piensan es «mmm… que meñique voy a coger para limpiarme los restos que han quedado en la rueda? El derecho o el izquierdo… Neee mejor la tibia que este era grande». Para los coches no importa si el semáforo está rojo, verde o si el arco iris entero ha bajado a postrarse frente a ellos, lo importante es si se ven capaces de pasar o no. A ver si consigo explicarme con una tabla de equivalencias según el punto de vista del coche:

Verde – Aparta o te mato. Mis ruedas te van a utilizar para no manchar el suelo.
Ambar – Meeeeeeeeeeec! Ui! Creo que he atropellado a un turista. Bueno, hay muchos más.
Rojo – 1: Sin apenas gente. Un peatón cruzando sólo! A por éeeeel!!!!
2: Con mucha gente. Hay demasiada gente para pasar sin que un brazo se meta en mi ya super jodido carburador. Voy a esperar que pase esta manada de ovejas. Aunque voy a avanzar poco a poco a ver si consigo pasar igualmente.

Los extranjeros se equivocan al creer que los pasos de peatones son para que el peatón cruce sin miedo. Ingenuos esclavizados a las normas de circulación. Esas costumbres bárbaras será allá por occidente, aquí son puntos de reunión donde se va aglomerando gente que busca el espacio entre coches o el conductor despistado para meterse entre ellos. Aunque lo más efectivo es cuando se juntan 20 personas en un paso de peatones y poco a poco van avanzando hasta que ambos lados se juntan y se puede cruzar más o menos libremente. En el número está la fuerza. Si por alguna razón alguien se atreviera a cruzar creyéndose en Europa el conductor más cercano tiene la obligación de acelerar y, una vez muerto el peatón, vender su cuerpo al restaurante más cercano. Estas son normas básicas que todo el mundo conoce y nadie puede omitir. De ahí que los restaurantes cercanos a pasos de peatones gocen de tan buena fama por su carne fresca. Este sistema tiene la indudable ventaja para el peatón de mejorar en pocos días la visión periférica y garantizar la teoría evolutiva de Darwin.

Tai Chi:
Nacido como un arte marcial para la lucha cuerpo a cuerpo actualmente es una práctica que mezcla el movimiento con lo espiritual, reconocido como espíritu y meditación sin que tenga que ver con ningún Dios. Es muy popular en China. Si pasas por un parque, cualquiera, sobre las 7 de la tarde verás grupos de gente haciendo Tai Chi. A veces incluso en calles anchas. Es cuanto menos sorprenderte, encontrarte a un grupo de 45 personas, sí las conté, realizando lentos movimientos al ritmo de la música en plena oscuridad.

Costumbres varias:
En el momento que estés más tranquila y absorta mirando cualquier cosa aparecerá una ninja china y bajita que se colocará estratégicamente detrás de ti para rascarse la garganta y soltar un escupitajo al suelo mientras tu reaccionas como si te hubieran amenazado con una navaja, das un salto y ya de paso vas a buscar tu corazón que se ha ido corriendo un par de calles más abajo. Aunque el gobierno sigue en ello no se ha erradicado, ni mucho menos, la costumbre de escupir en el suelo. Dicen que para sacar a los malos espíritus pero yo creo que es para asustar al turista despistado.

A primera vista parece raro encontrarte a un chino borde, los que me he encontrado son extremadamente simpáticos, sobre todo si hablan inglés, o simplemente hacen ver que no existes. También está la que te chilla impaciente 4 veces Izeicrean (ice cream, helado) como si la fueras a entender pero que acabó dándome una sonrisa encantadora cuando vio mi cara de felicidad mientras me entregaba un cucurucho de churros. Con la mayoría de los que he podido interactuar tienen unas ganas increíbles de hablar con el turista y enseñar su cultura. El problema es que hay muchas estafas de las que te advierten en todas las guías de viajes y en los hostales así que hay que tener un poco de cuidado.

La higiene es diferente a la Europea. Aunque aceptable en las zonas turísticas a mi me siguen inquietando los carteles de «aquí desinfectamos los platos». En las zonas no turísticas no sé cuan higiénico es cortar la carne en medio de la calle, cortarse las uñas en los parques, lavar los platos y cubiertos a manguerazos o sonarse los mocos apuntando la cabeza hacía el suelo y sacando el aire por la nariz.

Cualquier zona turística o muy poblada que se precie tiene su grupo de mendigos en sus zonas estratégicas que echados en el suelo piden con diferentes técnicas. Al bajar del puente en People’s Square me sorprendió ver a un señor totalmente estirado en el suelo boca-abajo totalmente ignorado por el resto de la gente que saltaba por encima de él hasta que vi que en la mano tenía un pote con el que pedía dinero. Como el resto salté literalmente por encima de él desde el último escalón de la escalera para aterrizar en el suelo sin que él se moviese en absoluto.

Sea como sea Shanghai no parece la China que me había imaginado, carreteras asfaltadas, gente estresada de un punto a otro, dependientes que hablan inglés sin problemas y supermercados internacionales en los que puedes comprar cualquier cosa importada. Lejos parece quedar la China tradicional en esta ciudad que es el puerto de China al mundo.